Esta sinfonía es una de las obras más famosas de Beethoven, que originalmente pensaba dedicarla a Napoleón Bonaparte (la denominó Bonaparte). La idea de componer una sinfonía en honor del "liberador" de Europa al parecer le fue sugerida por el mariscal Jean-Baptiste Bernadotte, embajador de Francia en Viena en 1798, o por Rodolphe Kreutzer, violinista al que Beethoven dedicó una sonata. Bonaparte era, con la diferencia de tan sólo un año, un exacto contemporáneo del músico, que no solamente sentía una viva admiración por su héroe, sino que, más o menos conscientemente, había establecido una especie de paralelismo entre sus destinos respectivos.
Beethoven admiraba los ideales de la Revolución francesa encarnados en la figura de Napoleón, pero cuando éste se autocoronó emperador en mayo de 1804, supuestamente Beethoven se disgustó tanto que borró el nombre de Bonaparte de la página del título con tal fuerza que rompió su lápiz y dejó un agujero rasgado en el papel. Se considera que dijo: "¡Ahora sólo... va a obedecer a su ambición, elevarse más alto que los demás, convertirse en un tirano!". Algún tiempo después, cuando la obra se publicó en 1806, Beethoven le dio el título de "Sinfonia eroica, composta per festeggiare il sovvenire d'un grand'uomo" ("Sinfonía heroica, compuesta para festejar el recuerdo de un gran hombre"
. Este gran hombre era un ideal, un héroe no existente, pero más bien, fue el espíritu del heroísmo mismo lo que interesaba a Beethoven. También se ha dicho que Beethoven se refería a la memoria de la naturaleza de Napoleón, que una vez fue digna.
Beethoven empezó a componerla hacia 1802, durante su estancia en Heiligenstadt, y la finalizó entre la primavera de 1803 y mayo de 1804. La primera audición privada se produjo probablemente hacia el mes de agosto de ese mismo año, en casa del príncipe Joseph Franz von Lobkowitz, a quien finalmente fue dedicada. La primera ejecución en público fue dada en el Theater an der Wien de Viena el 7 de abril de 1805 con el compositor a la batuta.
La Tercera sinfonía fue la primera de Beethoven que se interpretó en París por parte de la Sociedad de Conciertos del Conservatorio, en marzo de 1828.
NOTA: especial atención al corno "fuera de tiempo", estos detalles fueron los que se salían del clasicismo de Haydn y Mozart, comenzaba así una nueva forma de componer, desde el interior del compositor: el romanticismo.
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