Cuenta la leyenda que entre 1915 y 1917 nació en Natchez (Mississippi) un bebé de piel carbonizada y sonrisa perlada. Cuenta la leyenda que en sus manos se podían contar hasta 6 dedos y que le pusieron por nombre Theodore Roosvelt Taylor como homenaje al expresidente norteamericano. La historia es larga y se estira hasta perderse entre la realidad y la ficción. Unos cuentan que se cortó con una navaja el sexto dedo de su mano derecha, dejando la izquierda como única muestra de su deformación natal, y otros que jamás tuvo mas de 5 dedos en su diestra.
Tuvieron que pasar 15 años para que Hound Dog Taylor y su estilo cobraran vida. Mientras trabajó duro por el día y tocó su guitarra por la noche en sucios garitos que le pagaban una miseria y unas cuantas copas, pero le dejaban desarrollar su pasión por la música.
Pese a todo, se hizo un nombre en el South Side de Chicago con los Houserockers (con Brewer Phillips a la guitarra rítmica y Levi Warren a la batería). En los primeros años de la década de los 60 sacaron sus primeras grabaciones, el single “Baby is comino home/Take five” (con un gran trabajo de slide guitar) con el sello Cadillcs Baby, y en 1962 Carl Jones Firma Records publicó 2 nuevas canciones, “Christine” y “Alley music”.
La leyenda llegó a mito cuando el 17 de diciembre de 1975 murió a causa de un cáncer de pulmón, dejando pendiente un juicio y grandes composiciones.
En 1998, varios artistas modernos colaboraron en un disco tributo a su música, y gente tan dispar como Gov´t Mule, Vernon Reid, Bob Margolin, George Thorogood, Luther Allison o Cub Koda (contemporáneos suyos estos 2 últimos) rindieron homenaje a su música, a un músico único, ni mejor ni peor, pero indefectiblemente único.
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