Federico Herrero y Nicolás Francisco Herrero, presentaron en el Teatro Escuela Central y en el instituto internacional de arte dramático, un trabajo de investigación.
Tema: Arte dramático y su relación con Freud y Stanislavsky
Ambos buscaron con desesperación caminos para abrir las puertas del interior.
Federico Herrero en la primera parte del trabajo citado y un concepto:
Texto y Sentido, resultado de lo oculto, los pensadores citados estaban convencidos que las grandes creaciones son resultados de los mundos internos secretos.
Konstantin Stanislavsky (1863-1938) director, renovador del teatro ruso y Sigmund Freud (1856-1939) médico neurólogo, confeso apasionado de la psicología y creador del psicoanálisis; cada uno en lo suyo pero unidos por una pregunta.
-La inquietud: descubrir una práctica resolutiva basada en una teoría transmisible, la creación de un método-.
La pregunta: cómo un ser humano está en las circunstancias en que está cada vez único, singular, y fundando enigmas.
La preocupación freudiana en su encuentro con los neuróticos lo llevó a intentar dilucidar cómo síntomas que produce padecimiento al sujeto pueden enfermarlo con graves consecuencias para su vida íntima y de relación.
Freud hace una ubicación causal, arrancando a la neurosis del terreno psiquiátrico, pero confirmándola como enfermedad, siendo su causa ubicada como inconsciente eficiente.
Stanislavsky busca la forma de conjugar el trabajo actoral con el texto de autor en la escena dramática, y su cuestión es proponer al actor un sistema para armarse con la determinación que causa al personaje como sujeto, como lo veremos el día de la función.
A partir de lo observable, de lo dado, se disponen a buscar dejando atrás la exterioridad de las conductas humanas preguntándose acerca del por qué de éstas.
Validan la causa en ausencia y en primer lugar determinante por esto mismo.
Este desconocimiento es el que promueve la creación y puesta en marcha de un dispositivo que responde al ejercicio de una práctica y que al mismo tiempo se constituye como objeto y campo de investigación.
Nuestro inconsciente es inaccesible a nuestra conciencia.
No podemos penetrar en su dominio, y si por cualquier razón, conseguimos apoderarnos de él transformado en conciencia y por ende desaparecido.